Odio las reuniones, se quedan en mi subconsciente, ocupando espacio. Les dedico tiempo y tomo notas en mi cuaderno. Viajo para asistir a ellas y luego de vuelta, durante mis días laborables. ¿Y la mayoría de reuniones que es lo que suelen tener como resultado? Lo ha adivinado, más reuniones.
Cuando trabajé como director de Desarrollo de Liderazgo en Walmart, mis días estaban llenos de reuniones. ¡Y los de todo el mundo! Cuando renuncié a mi puesto hace dos años para dedicarme a la escritura y a ser ponente, pensé que mis días repletos de reuniones habían quedado atrás.Estaba equivocado.
A día de hoy, mis días se componen de llamadas de investigación y entrevistas telefónicas; almuerzos con agentes literarios y desarrolladores web; teleconferencias sobre títulos de libros y calendarios de publicación; y entrevistas de radio y llamadas de preparación para atender a los medios. Y antes de cada discurso que doy, siempre hay una reunión con el cliente y el planificador de reuniones para aclarar los objetivos y la logística del evento.
— Leer en www.hbr.es/reuniones/1265/poner-el-modo-avi-n-una-vez-por-semana-aumentar-su-productividad