Alex Casals y su primo Ramón son la tercera generación de una empresa de tejidos catalana que ha sorteado las bombas, la revolución textil de los ochenta y la última crisis económica. Ribes & Casals abrió sus puertas en 1933 en un pequeño local del Barrio Gótico de Barcelona para surtir de telas a mayoristas y detallistas. 85 años después, el negocio se ha expandido por distintos puntos de la Península y goza de una salud envidiable.
Cuando arrancó, las tiendas de ropa no existían y sus clientes eran, en su mayoría, señoras en busca de telas con las que hacerse vestidos a medida. Hoy, inundados por multinacionales de ropa low-cost, su público, mucho más diverso y joven, vuelve a sentirse atraído por las confecciones artesanales y personalizadas.
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