Alibaba es un grupo chino de comercio electrónico que en su último ejercicio -cerrado en marzo- facturó 250.266 millones de yuanes (32.892 millones de euros), con un beneficio neto de 63.985 millones de yuanes (8.409 millones de euros). Dos tercios de sus ventas proceden de China, pero sus negocios internacionales crecen rápidamente.
Alibaba abrió sus primeras oficinas en Europa hace dos años y medio. Sigue una doble estrategia: ayudar a las marcas chinas a vender en el resto del mundo, y viceversa. El público objetivo para sus distintas plataformas es la propia comunidad china. AliExpress es la excepción, comercializando artículos de decenas de miles de pequeños productores chinos por todo el planeta. En España, AliExpress es el segundo mayor portal de ecommerce por facturación, solo por detrás de Amazon y superando ampliamente a El Corte Inglés y eBay, según estimaciones de eShow.
«El año pasado, diez millones de turistas chinos visitaron Europa. Para 2020, rondarán los veinte millones», destaca Terry von Bibra, máximo ejecutivo de Alibaba en el Viejo Continente. Por eso, en primer lugar, la multinacional ha habilitado el uso de su plataforma de pagos Alipay en Europa. Alipay es el estándar de facto de los pagos online en el país de los dragones, con 650 millones de usuarios. «Simplemente, no tiene competidores», puntualiza Rodrigo Cipriani, director de la compañía para el sur de Europa. Para crear una cuenta en Alipay, es necesario tener pasaporte chino.